Ana María Barbero Arroyo
El reparto de los escaños en España se realiza mediante la aplicación de la Ley de proporcionalidad D´Hondt. Está regulada en los artículos 161 y siguientes de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG). Aunque se oye hablar en campañas electorales de ella, todavía hay personas que desconocen su funcionamiento en el sistema electoral.
En España hay 50 provincias. Cada provincia corresponde a una circunscripción, y cada circunscripción tiene asignados mínimo a dos diputados, a excepción de Ceuta y Melilla que poseen uno cada una. Son 350 diputados electos que representarán a los ciudadanos españoles en el Congreso.
El cálculo se hace dividiendo el número de votos que cada partido político ha recibido, entre el número de escaños de cada circunscripción. EL número de diputados que elige cada provincia es proporcional al número de habitantes con el que cuenta.
De estas divisiones, los diputados que obtengan las cinco cifras más altas, independientemente del partido que sean, serán los representantes para el Congreso.
Por ejemplo Madrid cuenta con 36 escaños y Barcelona con 31, pues son las provincias con más diputados, mientras que Soria cuenta solo con dos.
La consecuencia es que a mayor número de habitantes, es necesario un mayor número de votos. Para que Madrid consiga un diputado, son necesarios alrededor de 100.000 votos, mientras que en Soria bastan con 26.000.
En caso de empate, el escaño se le otorgará a la formación política con mayor número de votos.
Como requisito necesario para poder aspirar a un escaño, los partidos tienen que conseguir un mínimo del 3% del total de los votos.
Este sistema permite que los partidos más pequeños que obtengan muchos apoyos en una única provincia, pueden conseguir tener más representación que uno nacional.
Diferente es en el caso del Senado. Se rige por el sistema electoral mayoritario. Cada ciudadano marcará directamente en la papeleta de votación a los tres candidatos que se desea como senadores.
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