El PSC-PSOE aspira a conquistar Catalunya de nuevo. Siempre que el socialismo ha ganada unas elecciones generales en España lo ha conseguido gracias a las amplias victorias obtenidas en tierras catalanas.
Jaume Cladera Mas
Corría un caluroso 15 de junio de 1977 cuando España celebró las primeras Elecciones Generales después del fin de la dictadura franquista. Una sociedad temerosa ante la novedad de poder votar acudía a las urnas con el deseo de dar inicio a una etapa de libertad y democracia. Los primeros comicios de la transición fueron ganados por la UCD de Adolfo Suárez, que, a pesar de obtener tan solo un 34% de los votos, obtuvo 165 escaños. Únicamente le faltaron una decena de diputados para obtener la mayoría absoluta. En esas primeras elecciones Catalunya ya marcó un comportamiento electoral diferencial respeto a la mayor parte del país. Aquí el PSC-PSOE, encabezado por Joan Raventós i Carner, fue primera fuerza con 15 diputados, y la UCD tuvo que conformarse con una tímida tercera posición.
Ese día empezó una historia de amor entre el socialismo y los catalanes, que tuvo su máximo esplendor con los 25 de los 47 escaños en juego que obtuvo el PSC de Carme Chacón en 2008. Ese año el partido obtuvo un 45% de los votos y logró la mayoría absoluta de los escaños catalanes en el congreso. De esta forma contribuyó a prolongar el idilio del entonces Presidente Zapatero en La Moncloa.
En las siguientes Elecciones Generales, celebradas en 2011, se produjo la primera derrota del PSC–PSOE desde el inicio de la transición. Una gran debacle que le hizo perder 11 diputados, y que aupó a los conservadores de CiU hasta la primera posición. Ese día empezó el tránsito del PSOE por aguas desconocidas, las aguas de la derrota, y de la fuga de votos hacia la derecha y hacia los partidos nacionalistas. Un tránsito sin final que perdura hasta la actualidad.
En una sociedad catalana cada vez más polarizada entre independentistas y contrarios a la independencia, la propuesta federal del PSOE no ha calado en la sociedad.
En las dos últimas citas electorales generales, celebradas en 2015 y 2016, el PSOE ha tocado fondo al obtener ocho y siete diputados respectivamente. En ambas elecciones ha sido superado por los partidos independentistas y substituido en su espacio electoral por PODEMOS. El conflicto territorial le ha pasado factura. En una sociedad catalana cada vez más polarizada entre independentistas y contrarios a la independencia, la propuesta federal del PSOE no ha calado en la sociedad. Las estadísticas publicadas por diferentes encuestadoras muestran que en las últimas citas electorales muchos votantes socialistas se han pasado a Ciudadanos, a Podemos, y también, en un cifra importante, a ERC.

Ante esta situación, el PSC-PSOE actualmente está en su suelo electoral, sostenido por los socialistas militantes. Aquellos que son socialistas por tradición familiar, y fervientes defensores del partido histórico de la izquierda española, creado por Pablo Iglesias Posse en 1899.
El próximo 28 de abril se celebran Elecciones Generales. El PSC-PSOE se encuentra en una posición adecuada para conseguir unos buenos resultados en Catalunya, la que fue una de las perlas de la corona del socialismo. Un territorio en el que el PSOE siempre ganaba, pasase lo que pasase. El paso por el gobierno de Pedro Sánchez ha dejado a su paso toda una serie de políticas con gran aceptación social. Se trata de medidas de índole económica, pero también algunas de simbólicas, como la intención de exhumar a Francisco Franco del Valle de los Caídos.
Por otra parte, la irrupción de la extrema derecha de la mano de VOX ha potenciado que muchas encuestas pronostiquen una concentración de voto en torno al PSOE. Este fenómeno se produce en toda España, y también en Catalunya. En este último territorio los socialistas conseguirían hacer volver al redil a buena parte de aquellos que votaron a PODEMOS en los últimos comicios. También pueden obtener votos entre los sectores independentistas, temerosos de que la llegada al poder de la derecha pueda significar una regresión para Catalunya. Por ejemplo, por medio de la aplicación inmediata y sine die del artículo 155 de la Constitución que proponen los partidos de derechas.
Según una encuesta publicada en El Correo, el PSC obtendría hasta 15 diputados
Las encuestas invitan al optimismo entre las filas socialistas, dado que sitúan al PSC en una dura pugna con ERC para hacerse con el primer puesto. Según una encuesta publicada en El Correo, el PSC obtendría hasta 15 diputados, ocho más que en la actualidad. Pero se quedaría muy lejos aún del mejor resultado del partido, conseguido en el año 2008. La posibilidad de que el PSC-PSOE se reencuentre con la victoria en Catalunya dependerá de varios factores. En primer lugar de la movilización del electorado socialista en el histórico cinturón rojo de Barcelona, su bastión electoral. En segundo lugar, del número de votantes de Podemos que vuelvan al PSOE. Y, finalmente, de la cantidad de independentistas que voten a los socialistas por miedo a la llegada al poder de la derecha nacionalista.
Todo está abierto en estos momentos. El PSC cuenta con Meritxell Batet como cabeza de lista por Barcelona. Una fuerte contendiente que tiene como carta de presentación las medidas tomadas por el Gobierno de Sánchez, del cual ella ha sido ministra. Una mujer experimentada que conoce los entresijos del discurso político y de las campañas electorales. El PSC es blanco de duras críticas. La derecha le acusa de dar manga ancha al independentismo, mientras que los independistas le aquejan falta de voluntad para encontrar una solución política al conflicto catalán. El PSC está en campaña y puede volver a teñir de rojo la que fue su casa durante décadas. El PSC podría recuperar, de nuevo, su poder en Catalunya.
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